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"Mi experiencia con vitíligo: del desconocimiento a la esperanza"

Al principio no sabía qué era el vitíligo. Todo comenzó cuando noté un pequeño punto en mi oreja al que no le di importancia. Sin embargo, poco a poco mi oreja, cuello, cara y otras partes de mi cuerpo fueron perdiendo la pigmentación. Fue entonces cuando me informé y descubrí que se trataba de vitíligo.

Al principio creí que me curaría con algún tratamiento, pero los dermatólogos especialistas que visité me dieron cero esperanzas, diciéndome que hasta el día de hoy no había cura. Me sentí muy triste por mi situación. Si bien el vitíligo no duele físicamente, sí representa un dolor psicológico cuando la gente te ve diferente por la despigmentación de la piel.

Gasté mucho dinero en medicamentos como corticoides, cultivos y consultas con especialistas, pero nada funcionaba. Hasta que encontré este medicamento en el extranjero. La especialista se sorprendió por haber permitido que avanzara tanto, pero le expliqué que en mi país, Bolivia, me habían dicho que no había cura.

Me recetó un medicamento con instrucciones estrictas: nada de alcohol y 3 cápsulas al día durante al menos 90 días. Al segundo mes ya pude ver los avances, y ahí están las fotos de mi progreso. Ahora tengo esperanza y quiero compartir mi experiencia para ayudar a otros que pasan por lo mismo.